lunes, 22 de noviembre de 2010

Poema de Khalil Gibran.

EL OJO

Dijo el Ojo un día:
"Más allá de esos valles veo una montaña envuelta en una niebla azulada. ¿Verdad que es hermosa?"
El Oído, que lo oyó, estuvo un largo rato escuchando y dijo:
"¿Dónde está esa montaña? Yo no la oigo."
Entonces habló la Mano:
"Estoy tratando de sentirla y de palparla, pero no encuentro ninguna montaña."
Y el Olfato aseguró:
"No hay ninguna montaña. Yo no la huelo."
Entonces el Ojo miró hacia otra parte y todos empezaron a comentar la rara alucinación sentida por el Ojo. Y dijeron:
"Al Ojo debe pasarle algo."